jueves, 6 de marzo de 2014
¿Puede un ser humano ser tratado como desecho?
En diciembre pasado recibí una
llamada pidiéndome ayuda para una joven madre con cinco meses de embarazo cuyo
hijo nació muerto. El Hospital que la atendió se negó a entregar su cuerpo. La
joven tenía interés de dar cristiana sepultura a su bebe.
El fundamento para la negativa lo
fue una regulación llamada "Norma Institucional para el Manejo de Desechos
Anatomopatológicos", que no contempla posibilidad de entrega del cuerpo de
estos bebes.
¿Cuándo inicia la vida humana? ¿Desde
qué momento, merece el ser humano ser tratado con la dignidad que le es propia?
Repasemos los hechos científicos.
En el primer día de su existencia, el ser humano es un pequeñísimo organismo
viviente que pesa tan sólo 15 diez millonésimas de gramo. Esta primera célula
es un ser humano con identidad propia y con una composición genética distinta
de la de su madre. En esa primera célula se encuentran todas las cualidades
genéticas del individuo, que van a desarrollarse progresivamente.
Con 7 días de concebido, el
embrión mide milímetro y medio y emite un mensaje químico que fuerza a la madre
a conservarlo, es el niño el que detiene el ciclo menstrual de su madre.
A las dos semanas, el corazón
late y el niño tiene los miembros muy pequeños pero esbozados.
A las ocho semanas, el niño mide
ya tres centímetros desde la cabeza hasta las caderas, ya posee forma
completamente humana, tiene cabeza, brazos, dedos, etc. Tiene incluso las
líneas de las manos trazadas.
Entre las ocho y diez semanas,
sus huellas digitales están ya marcadas. Estas huellas ya no cambiarán durante
su vida.
Con doce semanas, el niño es
mucho más grande. Es sensible al tacto. Es capaz de cerrar los ojos, de cerrar
los puños y traga gran cantidad de líquido amniótico porque a los bebés les
gusta mucho y lo beben continuamente. Está demostrado que muchos niños tienen
hipo porque beben muy de prisa. Es entonces cuando la madre siente sus
movimientos.
A las 16 semanas, con sólo 12 o
12 ½ milímetros de largo, el niño puede usar las manos para agarrar, puede
nadar y hasta dar volteretas.
A las 18 semanas, es activo y
energético, flexiona los músculos, da puñetazos y patea, ahora la madre siente
sus movimientos más claramente. A partir de este momento, todo será crecimiento
y desarrollo, pues el niño está perfectamente formado.
Por lo expuesto, el ser humano en
gestación jamás puede ser tratado como desecho. Recordemos que la dignidad
humana es la piedra angular de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
cuyo primer preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice
literalmente: “La libertad, la justicia y la paz en el mundo no podrán darse
sin el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los seres humanos.”
La palabra "dignidad"
significa fundamental y primariamente "preeminencia",
"excelencia". "Digno es aquello por lo que algo destaca entre
otros seres, en razón del valor que le es propio. En palabras de Ángel
Rodriguez, hablar de la "dignidad de la persona" es una redundancia
intencionada, para resaltar o subrayar la especial importancia de un cierto
tipo de seres".
Precisamente en razón del
reconocimiento de la dignidad intrínseca del ser humano, es que en su totalidad
todos los instrumentos internacionales se prohíben la discriminación entre
seres humanos, incluyendo la prohibición de discriminar en razón del
nacimiento.
Así lo reconoció la Sala
Constitucional en el voto 2001-06685, en un caso muy similar al aquí
relatado, en el que se ordenó a la CCSS
entregar a su madre, el cuerpo de otro bebe que falleció en un aborto natural. Lo que no se comprende es porqué
se insiste en negar a los progenitores su derecho a dar cristiana sepultura a
sus hijos y en tratar a éstos como desechos.