Recientemente los medios informaron
que una mujer abandonó a un niño recién nacido la tarde del jueves en un baño
de la agencia de Bancaria en la Uruca. Inmediatamente, los funcionarios
coordinaron con la Cruz Roja y otras instituciones quienes valoraron al menor
que luego fue trasladado hasta el hospital de Niños. El niño estaba muy
delicado, pues el pequeño nació apenas con aproximadamente 30 semanas de
gestación.
No es la primera vez que esto
sucede en Costa Rica. En otra oportunidad se informó de otra recién nacida que
fue rescatada con vida de un basurero en Tibás que fue hallada por unos vecinos
de la zona. En otras ocasiones los bebes abandonados son encontrados sin vida.
Lee Jong-rak es un pastor coreano
en Corea del Sur. Un hombre sencillo con un gran propósito, el Pastor Jong-rak
vio un problema devastador. Pensó en una forma para solucionar ese problema, y
se convirtió en una voz profética en su sociedad. Su historia es una historia
de fe. Una historia de esperanza. Una historia de amor. Una historia de
verdadero heroísmo.
Lee Jong-rak es el creador de la
Caja para el bebé. Esta Caja para el Bebé es el único lugar seguro en Corea,
diseñado para recoger niños abandonados que son física o mentalmente
discapacitados o que simplemente no son deseados por sus madres.
Cada año, cientos de niños no
deseados son abandonados en las calles de Corea del Sur. Jong-rak sabía que
necesitaba establecer una manera para salvar las vidas de estos valiosos bebés.
Construyó una caja desplegable al lado de su casa con un letrero que
simplemente dice “Lugar donde dejar a los bebés”.
El interior de la caja tiene una
toalla gruesa que cubre la parte inferior, y luces y calefacción para mantener
al bebé cómodo. Suena un timbre cuando alguien pone un bebé en la caja, a
continuación, el personal de Jong-rak, su esposa, o él mismo vienen a recoger
de inmediato al bebé que está adentro.
Su objetivo es proporcionar una
alternativa que da vida a las madres desesperadas en su ciudad de Seúl. Incluso
admite que en algún momento pensó que los bebés tal vez no llegarían, pero se
equivocó. Los bebés llegaron. Cientos de ellos: a media noche, a medio día,
algunos con notas, algunos de ellos sin una palabra, y sólo muy pocas madres en
realidad hablaron con él cara a cara.
Corea no es el único lugar que
tiene el problema de niños abandonados. A nivel mundial, millones de niños
mueren en abandono. La peor forma de abandono es el aborto, algunos lo llaman
"elección de la mujer."
Inspirada en la labor del Pastor
Jong-rak, en Estados Unidos, Mónica Kelsey que es bombero voluntario en
Indiana, pero también una persona que fue concebida en una violación y que al
nacer fue abandonada, ha iniciado un grupo sin fines de lucro para ayudar a
salvar bebés abandonados.
La organización de Mónica, hace
cajas que son un refugio seguro para los bebés, recauda fondos para instalar
cajas acolchadas con clima controlado en diferentes lugares, y recientemente ha
instalado dos de ellas en Indiana. Cuando un bebé se coloca en el interior, automáticamente
se hace una llamada al 911 de inmediato, y las autoridades son enviadas a
auxiliar al bebe. Cuando el bebé es recuperado por los servicios de emergencia,
se envía a un hospital para ser examinado y luego es colocado bajo la custodia
de los servicios de protección infantil.
¿Puede una sola persona hacer la
diferencia? Si puede. Lee Jong-rak está haciendo la diferencia en Corea. Mónica
Kelsey está haciendo la diferencia en Estados Unidos.
En Costa Rica, es propio de nuestra
idiosincrasia, valorar a todo bebe no nacido como lo que es: un ser humano digno
de vivir como cualquier otro ser humano. Sin embargo, parece ser que esta
epidemia mundial de abandono de niños también nos está infectando. ¿Valdría la
pena colocar en nuestro país unas cajas refugio para los bebés? Pienso que sí,
pues como bien dice Tolkien "Incluso la persona más pequeña puede cambiar
el curso del futuro"
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